Axel Kicillof volvió a tomar distancia de Cristina Kirchner en un momento de máxima tensión política. El gobernador bonaerense resolvió no participar del acto que el PJ organiza en Corrientes en respaldo a la expresidenta, en medio de las versiones sobre una posible inhabilitación judicial. En su lugar, enviará a una reducida comitiva de funcionarios de segunda línea. La decisión del mandatario provincial no pasó desapercibida en el universo K. Desde el Instituto Patria hasta la dirigencia del peronismo duro esperaban una presencia fuerte de Kicillof en el evento, como gesto de unidad frente a la avanzada de la Corte Suprema. Pero la ausencia del gobernador refuerza los rumores sobre su progresivo alejamiento del ala más dura del kirchnerismo. “No va porque está ocupado con la gestión en la provincia”, intentaron justificar cerca del mandatario, pero en la Rosada y en el PJ nacional la lectura es otra: Kicillof mide cada uno de sus movimientos para no quedar atrapado en una eventual caída judicial de Cristina que lo arrastre políticamente. ] Malestar en el cristinismo duro El faltazo de Kicillof generó malestar en varios despachos K. “Axel debería estar ahí, bancando. No es momento para tibiezas”, deslizó con molestia un dirigente del PJ bonaerense que sí viajará a Corrientes. El acto en esa provincia busca enviar una señal de respaldo explícito a Cristina Kirchner en la antesala de un fallo de la Corte que podría dejarla sin chances electorales. Por eso sorprendió la decisión de Kicillof de bajarse a último momento. En su lugar viajarán algunos ministros provinciales, aunque ninguno con peso político suficiente para cubrir el vacío que deja la ausencia del gobernador. “Es un gesto que no ayuda a la unidad”, lamentaron en el entorno de Martín Ascúa, el intendente de Paso de los Libres y candidato a gobernador impulsado por el kirchnerismo. Las cuentas de Axel En La Plata sostienen que Kicillof no quiere quedar pegado a una posible derrota judicial de CFK. Además, su relación con Cristina atraviesa un momento de tensión desde que se conocieron sus planes de armar un espacio propio para 2027, más allá del sello kirchnerista. “No quiere suicidarse políticamente por una causa que no es suya”, aseguran en los pasillos bonaerenses. La jugada de Kicillof deja expuestas las grietas cada vez más visibles dentro del peronismo, en un año donde la incertidumbre sobre el futuro de Cristina mantiene en vilo a todo el espacio.