En un evento con dirigentes y empresarios afines a La Libertad Avanza, Milei volvió a delinear su narrativa de outsider: “Los libertarios siguen siendo ‘outsiders’ dentro del mundo político, aún estando en el poder” . Bajo un tono combativo, advirtió que se enfrentan “dos y solo dos modelos” y que la contienda será un choque directo contra el peronismo provincial y nacional. Con renovadas esperanzas, dijo que la imagen personal y de gestión está “similar a cuando iniciamos”. Y afirmó: “Estamos en condiciones de dar un tremendo batacazo en septiembre en la Provincia y en octubre en todo el país” . Sentó las bases de la estrategia electoral: confrontación frontal con el peronismo ("la casta"), acusaciones a economistas críticos por elevar el riesgo país y reivindicó sus políticas de austeridad como “híper populares” . Milei busca consolidar su bando en el Congreso para profundizar su “ajuste expansivo” sin depender de coaliciones —mantiene la narrativa de romper con la “casta” política tradicional. Buenos Aires es la joya de la corona bonaerense: Kicillof ratificó su reelección en 2023, pero Milei confía en un vuelco por la fractura interna en el peronismo y su propia estabilidad en la aprobación pública. Diversos informes coinciden: el peronismo atraviesa tensiones entre Kirchnerismo y el ala Kicillof, y la UCR/PRO se show resquebrajan tras su relación ambivalente con Milei . Reuters señaló que el oficialismo ya negocia listas conjuntas con el PRO para disputar banca en Buenos Aires Milei compara su fuerza actual con la de su irrupción en 2023, pero enfrenta un adversario duro: un peronismo todavía cohesionado en la provincia y con estructura territorial. ¿Ilusión y realidad. La interna opositora podría favorecer su estrategia, pero también puede presionar a buscar consensos que limiten su discurso ultraliberal, es una  campaña quebrada. Obtener bancas es la clave que le permitiría avanzar con su programa económico; fracasar podría dejarlo debilitado a mitad de mandato. La gobernabilidad está en juego. Milei pone el foco en la provincia de Buenos Aires: se siente con músculo para dar “el batacazo” y borrar la hegemonía peronista. Su discurso es agresivo, apunta directo contra Kicillof y la “casta”, con la mira puesta en una victoria estratégica. La elección será un test clave: si logra consolidarse, se asegura gobernabilidad para sus reformas; si no, el poder quedaría pendiente.