Mientras el Frente Patria intenta cerrar filas de cara a las elecciones de octubre, el sur del conurbano empieza a dar señales de que *el operativo clamor por Máximo Kirchner no logra despegar. A pesar de los gestos de apoyo que ensayó el aparato kirchnerista, la figura del jefe de La Cámpora no genera el entusiasmo esperado ni entre los intendentes ni en la militancia territorial. El desgaste de su apellido, el vínculo tenso con Kicillof y la falta de consenso en sectores del PJ bonaerense alimentan dudas sobre su eventual candidatura.                 En ese vacío, el nombre de Verónica Magario volvió a sonar con fuerza. La actual vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires, que viene manteniendo un perfil bajo pero con presencia sostenida en los distritos clave, aparece como una figura de equilibrio entre el cristinismo duro y los jefes comunales que exigen protagonismo. En varios municipios del sur —como La Matanza, Lomas, Avellaneda y Almirante Brown— dirigentes del peronismo tradicional ya deslizan que *Magario podría ser la carta de unidad* para evitar una interna desgastante. La jugada no es menor. En los últimos días, algunos operadores del espacio empezaron a tantear encuestas para medir su imagen y su capacidad de tracción electoral. El dato: en algunas mediciones supera a Máximo en intención de voto dentro del espacio. También se valora su experiencia ejecutiva y su llegada a sectores populares, algo que, según muchos intendentes, el diputado no logra capitalizar desde su banca en el Congreso. En paralelo, el enrarecido clima dentro del armado kirchnerista empieza a mostrar grietas. Mientras *Kicillof busca tallar fuerte en el diseño de listas locales*, La Cámpora intenta resistir la pérdida de terreno sin un liderazgo claro que ordene las fichas. El resultado es una disputa silenciosa pero intensa, donde las candidaturas se definen más por necesidad que por convicción. El tiempo apremia y el sur del conurbano, bastión histórico del peronismo, no admite improvisaciones. Por eso, mientras el nombre de Máximo se diluye entre dudas y resistencias, el de Magario empieza a sonar como el plan B que podría calmar las aguas internas sin romper el tablero. Una movida que, de concretarse, alteraría no sólo la estrategia provincial, sino también la lógica de poder dentro del PJ.       Canal WhatsApp: [https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M] Red X (Twitter): [https://x.com/El_Pulso_P](https://x.com/El_Pulso_P)