Provincias y CABA

Macri tensiona la campaña bonaerense y navega en aguas turbulentas

Mauricio Macri reaparece visiblemente incómodo en medio de las negociaciones del PRO con La Libertad Avanza por alianzas en Buenos Aires. El expresidente trata de encajar en una campaña nacionalizada que él mismo nunca adoptó, mientras busca mantener su rol sin ceder poder a Milei y su entorno.

  • 03/08/2025 • 08:54

                 Círculo rojo: los dilemas de
 

Mauricio Macri vive uno de sus momentos más complejos desde que dejó la Presidencia: se encuentra irritado y expone con claridad los dilemas que enfrenta en el armado electoral bonaerense. La mesa de coordinación entre el PRO y La Libertad Avanza está en marcha, pero las tensiones internas y los roces con los libertarios evidencian un desplazamiento de su liderazgo. 

Admiten que el enojo de Macri tiene base real: el equipo libertario trascendió requisitos para la lista bonaerense —color, nombre, alineación— que dejaron a dirigentes históricos del PRO en un segundo plano. Esa imagen de subordinación emerge justo cuando Carrió y Santilli aún evalúan hasta dónde ceder autonomía sin perder identidad partidaria. 

El conflicto se agrava porque, mientras se consolidan alianzas provinciales, Macri no participa directamente del capítulo electoral de la Ciudad de Buenos Aires. En cambio, emergen virtuales candidatos alternativos de La Libertad Avanza para CABA, lo que marca otra herida política interna: Jorge Macri,  pierde protagonismo tanto en su distrito como en su espacio. 

El expresidente anticipó que durante agosto estallarán revelaciones clave sobre el caso Libra en tribunales de los Estados Unidos, un plan que él mismo se encargó de pronosticar como un golpe directo al gobierno de Milei. “El mes que viene se le acaba el agrande al Gobierno”, bromeó ante dirigentes, apuntando a que ese escándalo funcionaría como revancha política. Macri busca reposicionarse como actor central y desdibujar la narrativa libertaria desde lo legal, sin intermediarios.

La campaña bonaerense refleja otra realidad: ya no es local. Fue nacionalizada por Milei y su equipo, que instrumentó una estrategia de presencia directa con ejes discursivos uniformes en todos los distritos. Las propuestas de seguridad, combate a la inflación y ajuste fiscal son manejadas desde una mesa central con escasa injerencia de Macri y los suyos. (leé: ¨El PRO se diluye: acepta ser el furgón de cola de Milei¨).

El expresidente acumula interrogantes: ¿puede seguir siendo cabeza detrás sin liderar públicamente? ¿Puede conservar poder interno sin poder real en la provincia de Buenos Aires? Sus silencios durante las negociaciones, y su ausencia en eventos clave, ya no pueden atribuirse a una decisión táctica: parecen indicio de que perdió el centro de gravedad político que supo encarnar.


               Karina Milei - Fotografía: Jaime
 

En tiempo de cierre de alianzas, la lógica que ya lo desplazó como actor central muestra nuevo rostro: el de un partido domesticado por un espacio emergente que impone su agenda. Y aunque Patricia Bullrich parezca más abierta a negociar, el poder real está en manos de Karina Milei . El expresidente, mientras tanto, poco más puede hacer que observar desde el costado.

 

 

 

 

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