María Eugenia Vidal volvió a la escena política con un gesto medido pero cargado de mensaje: a pesar de haber criticado duramente el acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA), aseguró esta mañana que votará la lista, que considera “lo mejor para el país” y necesaria para fortalecer al partido como oposición constructiva.     Desde Radio Mitre, Vidal defendió una postura ambivalente: respaldar una alianza que no comparte ideológicamente, pero que interpreta como una herramienta para contener el desaliento institucional. “Acompañar sin renunciar a los límites”, resumió, en un intento de mantener un equilibrio entre coherencia política y pragmatismo electoral.     Su postura, aunque menos radical que el rechazo total que expresó días antes, vuelve a encender una grieta interna clave. Vidal critica la alianza y su forma —"no vale todo por un cargo", repetía días atrás—, pero ahora apuesta al voto útil. Esta contradicción revela la presión de mantener la identidad del PRO frente a la urgencia de construir alguna herramienta que contenga la expansión libertaria desde dentro.     En la coalición, su voz representa un sector en crisis: no participa de la campaña y no será candidata, pero no abandona la cancha. Si bien acepta la estrategia electoral partidaria del presente, insiste en conservar una marca de identidad que el espacio amarillo parece estar dejando en segundo plano.  -   El dilema Vidaliano sintetiza el desafío del PRO: ¿ser oposición o subirse al gobierno de facto? Su voto lo dice todo: el juego está armado, pero no con el aval que ella hubiera querido.           Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P