La alianza entre Mauricio Macri y Javier Milei, que alguna vez pareció sólida, se ha desmoronado en medio de acusaciones y desconfianzas mutuas. El expresidente Macri ha calificado las declaraciones de Milei como "alucinaciones", mientras que el actual mandatario acusa al PRO de querer "fagocitar" a su partido, La Libertad Avanza (LLA) Esta ruptura ha generado una fractura en la derecha argentina, debilitando al PRO y fortaleciendo al peronismo en la provincia de Buenos Aires, donde lidera las encuestas por primera vez en dos décadas. A pesar de las tensiones a nivel nacional, dirigentes del PRO buscan mantener acuerdos estratégicos en la provincia para preservar su influencia territorial. La situación se complica aún más con las declaraciones de Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño y primo del expresidente, quien ha expresado diferencias con Milei, a pesar de haberlo apoyado en las elecciones. Esta división interna en el PRO refleja la crisis de identidad que atraviesa el partido, fundado hace 20 años por Mauricio Macri.   Mientras tanto, Milei continúa consolidando su liderazgo en la derecha, atrayendo a figuras como Patricia Bullrich y buscando eclipsar al PRO en las próximas elecciones legislativas. Esta estrategia ha generado preocupación en el partido de Macri, que ve cómo su base de apoyo se erosiona frente al avance de LLA. En este contexto, el PRO enfrenta el desafío de redefinir su identidad y estrategia política para sobrevivir en un escenario donde Milei busca monopolizar el espacio de la derecha. La posibilidad de una reconciliación entre Macri y Milei parece lejana, y el futuro del PRO dependerá en gran medida de su capacidad para adaptarse a esta nueva realidad política.