El presidente Javier Milei canceló su viaje al Vaticano, donde tenía previsto asistir a una ceremonia oficial, para evitar que las tensiones internas entre su hermana Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, y el asesor Santiago Caputo se intensifiquen en su ausencia. Según fuentes cercanas al gobierno, la relación entre Karina y Caputo ha sido tensa en las últimas semanas, con desacuerdos sobre la dirección política y la estrategia comunicacional del gobierno. La decisión de Milei de permanecer en Buenos Aires busca mantener el equilibrio interno y evitar que las diferencias entre ambos escalen sin su supervisión directa. La ausencia del presidente en el Vaticano también ha generado especulaciones sobre su relación con la Iglesia Católica y el Papa Francisco. Aunque Milei ha expresado anteriormente críticas hacia el pontífice, recientemente reconoció que sus comentarios fueron un error y que ha pedido disculpas por ellos. Sin embargo, la decisión de no asistir a la ceremonia podría interpretarse como un nuevo desaire hacia el Vaticano. En el ámbito político, la cancelación del viaje también se interpreta como una señal de la importancia que Milei otorga a la cohesión interna de su gobierno, especialmente en un momento en que enfrenta desafíos económicos y sociales significativos. La presencia del presidente en el país permite una gestión más directa de los asuntos internos y una supervisión cercana de las decisiones clave.