El 2025 trae una sorpresa en la puerta de los domicilios más exclusivos: según estadísticas del mercado automotor, en Argentina ya se registraron seis nuevos Ferrari entre enero y mayo, y hay siete más en proceso de nacionalización y patentamiento . Si se completan todos los trámites, este año podrían patentarse más de 10 unidades, superando el récord histórico de siete, registrado en 2014 y en 1991. El año pasado, y en 2023, no se patentó ningún Ferrari en el país, lo cual hace aún más notable el repunte actual. Entre las unidades comparadas figuran dos Roma, dos 296 GTB/GTS, una SF90 y una Purosangue; mientras que los modelos en trámite suman dos Roma, tres 296 GTB/GTS y dos Purosangue . Este fenómeno sorprende en momentos de alto desempleo, inflación desbocada y ajustes económicos. Pero sobre el pavimento del privilegio, aflora una realidad paralela: un nicho de consumidores con acceso a dólares para adquirir autos de lujo sin intermediarios oficiales. Y sin representación importadora de Ferrari en el país, el negocio se mueve a través de canales como Centro Milano (hoy “Servicio Oficial” para mantenimiento, aún sin venta) y operadores privados que importan unidades una por una  ¿Qué implica este boom excéntrico? Auge del mercado del lujo: En plena recesión, hay señales de recuperación en un segmento con escasa representación institucional, pero fuerte presencia social. Evasión o fuga: El desembarco de Ferrari (y otros exóticos) genera interrogantes sobre percepción de riesgo o ventajas arancelarias. Síntoma político: Los patentamientos masivos de estas joyas pueden leerse como una paradoja del ajuste; mientras se pide austeridad, circulan millones en autos de élite. La expectativa para el cierre del año es que el registro alcance cifras inéditas: habrá más Ferraris circulando, mientras la economía para el resto se mantiene con viento en contra.