El PRO, a través de la diputada Silvana Giudici, dio un paso concreto para marcar su terreno moral y político: presentó hoy un proyecto (Exp.?3233?D?2025) que busca impedir que cualquier persona condenada por delitos de corrupción –malversación, cohecho, enriquecimiento ilícito y abuso de autoridad– pueda acceder a indultos, amnistías o conmutaciones de pena. Con esta reforma, el Ejecutivo quedaría sin herramienta para aliviar las condenas de funcionarios públicos involucrados en corrupción, incluyendo figuras de peso dentro del kirchnerismo. “La sociedad exige que los hechos de corrupción tengan consecuencias reales; con esta reforma, ningún presidente podrá volver a perdonar a los responsables”, concluyó Giudici.        Sin embargo, hoy la sociedad habló, marchando a la Plaza de Mayo en apoyo a Cristina por su prisión domiciliaria, su tobillera y su prohibición de salir al balcón, ¿que es lo que realmente quiere la sociedad? El anuncio fue acompañado por un grupo amplio del bloque PRO (Vidal, Ardohain, Bianchetti, entre otros), y llegó justo después de la confirmación judicial a Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad. Según Giudici, es un mensaje al futuro: “Que los corruptos sepan que van a cumplir la pena, sin atajos ni privilegios”.    ¿Operativo electoral o avance institucional? Este proyecto cumple una función política clara. A la base PRO más dura le muestra mano firme contra la impunidad, y al mismo tiempo presiona al oficialismo de Milei para que se muestre coherente con su discurso anticorrupción. Sin embargo, en un Congreso fragmentado y polarizado, la verdadera pregunta es si contará con votos suficientes para avanzar. Por otro lado, el rechazo o la falta de movimiento en comisiones podría alimentar críticas sobre posturas selectivas: ¿una herramienta justa contra la corrupción en general o un mecanismo para castigar a líderes específicos? ¿Será aceptada por el Senado o quedará como una foto dramática para redes y titulares? Queda por ver si esta iniciativa derriba otro piso en la grieta o si termina durmiendo en un cajón en la próxima sesión.