Empresas y mercados

Por la crisis, cierra otro restaurante top de Palermo y crece la preocupación en el sector gastronómico

Se trata de una reconocida parrilla de autor ubicada en el corazón de la zona gourmet. Los dueños no resistieron la caída del consumo, los aumentos de costos y la presión fiscal. Alarma en el polo gastronómico más importante de la Ciudad.

  • 20/06/2025 • 10:03

La crisis económica sigue dejando huellas en uno de los barrios más emblemáticos de la gastronomía porteña: Palermo. Esta vez le tocó bajar la persiana a un restaurante de alta gama que había logrado consolidarse como referencia en carnes premium y cocina de autor, pero que no pudo sobrevivir a la brutal caída del consumo y al aumento imparable de costos

Por la crisis, cierra otro restaurante top de Palermo

Según confirmaron fuentes del sector a LPO, el local —ubicado en una de las esquinas más codiciadas de la zona Soho— venía sosteniéndose con dificultades desde principios de año, pero la merma de clientes, combinada con tarifas impagables de luz y gas, lo dejó fuera de juego. "El ticket promedio no bajaba de los 25 mil pesos por persona y la gente directamente dejó de venir. Ni turistas ni locales pueden pagar eso hoy", reconoció un empleado.

El cierre se suma a una lista que no para de crecer: en lo que va de 2025 ya se contabilizan más de 30 establecimientos gastronómicos de mediana y alta gama que debieron cerrar en Palermo Hollywood, Soho y alrededores. A diferencia de la pandemia —donde el motivo era sanitario—, ahora la asfixia es económica: insumos dolarizados, presión impositiva, cargas sociales y un consumo que se derrumbó más del 40% en términos reales en los últimos seis meses.

Desde la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) advierten que la situación es “crítica” para los medianos emprendimientos gastronómicos. “El aumento de tarifas, alquileres en dólares y la caída del poder adquisitivo dejaron a muchos negocios sin margen. Incluso lugares con clientela fija o buena crítica no logran sostenerse”, dijo un vocero de la entidad.

A esto se suma un fenómeno que en los últimos meses golpea fuerte: la retirada de turistas de alto poder adquisitivo, sobre todo brasileños y europeos, que encontraron que la inflación argentina licuó la supuesta “baratura” de comer afuera. "Muchos esperaban venir a gastar poco y se encontraron con precios que ya compiten con San Pablo o Madrid", señalan desde una agencia de turismo receptivo.

Los vecinos y comerciantes de la zona temen que este proceso derive en un nuevo ciclo de vaciamiento, como el que sufrió Palermo a principios de los 2000, cuando la crisis dejó calles repletas de locales vacíos. “Vemos carteles de alquiler donde antes había lista de espera para abrir un bar o una parrilla. Es una mala señal”, dicen.

En paralelo, muchos locales sobreviven reconvirtiéndose: achican la carta, despiden personal o apuestan a la comida rápida para delivery, un segmento que creció en pandemia y volvió a cobrar protagonismo. Pero no todos pueden adaptarse.

Por ahora, la postal de Palermo empieza a mostrar persianas bajas donde hasta hace poco había luces, música y copas servidas. La crisis avanza también sobre el polo gastronómico más trendy de Buenos Aires. Y el final del túnel aún no se vislumbra.