Entrevistas y Análisis

Alerta en el mercado laboral: sube la desocupación.

El INDEC reveló un oscuro panorama para el empleo en la Argentina: más desocupados, más trabajos informales y cada vez más personas obligadas a tener dos o más empleos para llegar a fin de mes. La “prosperidad” del ajuste no se refleja en los bolsillos.

  • 22/06/2025 • 10:54

El mercado laboral argentino volvió a encender las alarmas. Según los últimos datos difundidos por el INDEC, la desocupación subió al 7,4% en el primer trimestre del año, un salto que no sólo preocupa por el aumento de los desocupados sino también por la precarización que afecta incluso a quienes logran conservar un empleo.

 

 

          El modelo de Milei empieza a pegar en el empleo: creció la desocupación que se acerca a los dos dígitos

 

El dato que más ruido generó entre los analistas es el crecimiento de la informalidad laboral, que trepó hasta el 36,8%, el nivel más alto de los últimos años. La otra cara de la crisis: el pluriempleo, que muestra cómo cientos de miles de trabajadores necesitan sumar un segundo o hasta un tercer trabajo para compensar la pérdida de poder adquisitivo de sus ingresos principales.

“El ajuste fiscal que el Gobierno presenta como épico no está derramando en el mercado laboral. La recesión ya se siente en el empleo formal, y la alternativa para mucha gente es la economía en negro o el cuentapropismo de subsistencia”, explicó un economista consultado por El Pulso Político.

El relevamiento oficial también marca un fuerte deterioro en la calidad del empleo: aumentó el subempleo (los que trabajan menos horas de las que desearían) y el empleo no registrado, en paralelo a una caída sostenida en los salarios reales, que continúan perdiendo contra la inflación pese a la desaceleración de los últimos meses.

En este contexto, los sindicatos empiezan a prender luces de alerta. La CGT y las CTA ya advirtieron que este deterioro puede desembocar en conflictos sectoriales si no hay una recomposición de ingresos que contenga la bronca creciente de los asalariados.

Mientras tanto, el Gobierno celebra las metas fiscales y el superávit, pero evita hablar de la crisis social en ascenso. “No hay plata”, repiten en Casa Rosada. Pero en las calles, la sensación es otra: cada vez menos trabajo, más precariedad y más esfuerzo para llegar a fin de mes.