Tras meses de tensión entre el kicillofismo y el cristinismo por la fecha y el formato de las elecciones bonaerenses, Massa reapareció públicamente y fue contundente: “La división es la garantía del éxito de Milei” y reclamó dejar de lado “vanidades, egos ni caprichos”, subrayando que la sociedad no perdonará la dispersión interna frente al avance del macrismo y los libertarios. En actos públicos (San Fernando y Parque Norte) el líder del Frente Renovador enfatizó que la prioridad es construir una verdadera alternativa electoral, sostener el frente y no tensar la disputa táctica. Para él, la interna por el calendario bonaerense y la suspensión de las PASO no puede poner por encima la pelea por el poder .  Massa también recordó que Unión por la Patria debe responder a las demandas reales de la gente: un contexto económico adverso exige coherencia y unidad .                    La metáfora es clara: si el peronismo se fragmenta, prepara el terreno para que Milei consolide su proyecto en 2025. Y más ahora, luego del lanzamiento del Movimiento Derecho al Futuro por parte de Kicillof—una señal de que tampoco CFK está dispuesta a moderar su postura provincial . Claves del mensaje de Massa *Unidad vs. egos: Massa critica la disputa entre “diversos sectores del PJ” y advierte que beneficia a Milei . *Prioridad táctica:  Parar la interna electoral (PASO vs. desdoblamiento) y enfocarse en “una alternativa sólida” .                           | *Autonomía estratégica: El Frente Renovador busca mantener protagonismo e independencia en la negociación por listas y candidaturas .            | *Presión del tiempo: Con o sin acuerdo electoral, Massa insiste en que el horizonte es octubre 2025, y que ya no hay margen para dilaciones   Massa quiere ser el equilibrista de la interna peronista: su mensaje es claro, urgente y contundente. ¿Acaso la unidad no es el mínimo necesario para frenar a Milei en octubre? Su advertencia está puesta, y al ritmo de la agenda electoral bonaerense, la interna ya no puede esperar.  El reloj electoral avanza y Massa ya tachó una línea roja: sin unidad, no hay oposición que alcance. Ahora, el desafío es ver si CFK y Kicillof escuchan o si la fragmentación les abre la puerta a que siga ganando terreno la derecha.