La política bonaerense vivió una jornada cargada de tensión. La vicegobernadora Verónica Magario usó su voto para desempatar una de las leyes más polémicas del año: la que habilita la reelección indefinida de intendentes. El desempate fue necesario ante una paridad inesperada, generada por la ausencia de legisladores clave de la oposición y algunas divisiones internas. Con este movimiento, el kirchnerismo se alzó con una victoria institucional estratégica de cara al armado electoral del 2025. Intendentes del PJ celebraron en voz baja, mientras en Juntos por el Cambio se multiplicaron las acusaciones cruzadas por los faltazos que allanaron el camino al oficialismo.                                  Verónica Magario en el Senado bonaerense   La decisión de Magario también expuso fisuras dentro del peronismo: sectores cercanos a Axel Kicillof habían cuestionado internamente la maniobra, preocupados por el costo político de defender lo que muchos consideran “una ley hecha a medida del poder local”. Desde la oposición, figuras como Cristian Ritondo y Maximiliano Abad denunciaron una “traición al espíritu republicano” y advirtieron que recurrirán a la Justicia para intentar frenar la normativa. Mientras tanto, el kirchnerismo gana tiempo y territorio. Con los jefes comunales más tranquilos por su futuro político, ahora todas las fichas están puestas en cómo se ordenará el peronismo de cara a la competencia nacional.