Provincias y CABA

Revés judicial a Macri: cayó la intervención del PRO Córdoba

La Cámara Nacional Electoral anuló la intervención partidaria impuesta por Mauricio Macri en Córdoba. El diputado Oscar Agost Carreño recupera la conducción local del PRO, fortaleciendo su autonomía frente al armado nacional. La derrota revela tensiones internas a semanas del cierre de alianzas bonaerenses.

  • 06/08/2025 • 08:07

 

La Justicia electoral frenó el intento de intervención del PRO en Córdoba, decretado por Mauricio Macri desde diciembre del año pasado. La decisión restituyó el control local a Oscar Agost Carreño, actual diputado nacional, quien había denunciado irregularidades en el proceso.


El conflicto había escalado en junio, cuando Macri designó a sectores afines —como Laura Alonso— para desplazar a las autoridades provinciales históricas. Sin embargo, la jueza federal María Servini había avalado la maniobra inicialmente, pero la Cámara Nacional Electoral revirtió esa decisión en julio tras el reclamo de Agost Carreño.


El tribunal consideró que la intervención fue arbitraria, carente de estatutos claros y sin base legal suficiente. Por ello anuló formalmente la medida y devolvió la presidencia del partido al liderazgo local, marcando un freno judicial a las ambiciones centralizadoras.


Este fallo llega en un momento de alta tensión interna en el PRO, con elecciones también pendientes en otras provincias y el cierre de alianzas para las legislativas de octubre en la mira. En la provincia de Buenos Aires, Macri convocó un consejo partidario para rearmar su estrategia territorial, pero la derrota en Córdoba complica el discurso de control nacional.

 

                                 


Para Agost Carreño, el liderazgo cordobés confirma su voluntad de disputar candidaturas propias y no permanecer subordinado a la rama nacional del partido. Indicó que no sólo defenderá internas abiertas, sino también que resistirá cualquier intento de “absorción electoral”.


Desde la Casa Rosada y la estructura central del PRO, el revés es interpretado como una clara señal de que no se puede imponer una conducción distante del territorio. Esa tensión con la base gira ahora en torno a alianzas electorales, controles locales y capacidad de retener votos sin perder autonomía partidaria.

La derrota judicial de Macri no es solo un golpe técnico, sino un mensaje político: en la pulseada por controlar el PRO, Córdoba reafirma su identidad interna y sacude al núcleo partidario nacional justo cuando se define la estrategia electoral bonaerense.

 

 

 

 

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