El oficialismo movió ficha para calmar la alarma que las provincias encendieron por la caída de las transferencias. En Diputados, impulsó un dictamen de minoría propio, junto con el PRO y La Libertad Avanza, que ofrece una vía intermedia: no rechaza de plano el proyecto de los gobernadores, pero redirige la forma de repartir los ATN (Aportes del Tesoro Nacional). La propuesta oficialista plantea que los fondos no distribuidos durante el año fiscal se transfieran al cierre del ejercicio, según criterios automáticos establecidos en la Ley de Coparticipación, garantizando una base transparente pero postergada para las jurisdicciones. Así, mientras Unión por la Patria y bloques provinciales lograron dictamen de mayoría al proyecto que aspira a eliminar discrecionalidades fiscales, el Gobierno intentó un contragolpe que le permita ganar espacio político y negociar sin caer en un “sí” total. Un referente peronista lo definió sin vueltas: “El Gobierno lo hace para contener a los que ya son aliados del Gobierno”.   En resumen, la gestión busca una tregua inteligente: cede un poco de terreno técnico (la redistribución automática, aunque tardía) para conservar el control político de los recursos. Es una jugada de poder con maquillaje institucional, en un contexto donde el federalismo sigue siendo una pulseada sin tregua.         Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P