En medio del cierre de listas, el peronismo porteño atraviesa un reseteo crítico: Ofelia Fernández, hasta hace poco vista como la figura natural para encabezar la boleta de diputados nacionales por la Ciudad, se bajó de la consideración ante el desencanto con el armado de la alianza. Desde su entorno comunicaron que no tiene intenciones de liderar la lista.    Ese giro dejó al PJ porteño al borde del default electoral: sin referentes visibles para la Ciudad, ahora aparecen nombres poco convencionales. Entre ellos, el más resonante es el de Juan Grabois, dirigente de Patria Grande. Diversos voceros del PJ deslizan que piensan convocarlo como alternativa para llenar el vacío dejado por Fernández.    Esta maniobra no pasa inadvertida: Grabois ya demostró que, cuando quiere, presiona y genera escenario. Con su llegada posible, se busca imprimir una identidad autónoma en una boleta que por ahora carece de una figura emblemática. Pero su perfil genera tensiones internas: algunos lo cuestionan por esquivar las alianzas tradicionales y priorizar su espacio personal. Otros lo ven como una apuesta refrescante para avivar la campaña porteña del peronismo.   Sin Ofelia ni Grabois confirmados, el PJ porteño entra en pretensiones mayores: construir una boleta representativa, federalizada e incluso, quizás, disruptiva. En un momento político donde la identidad del espacio está en juego, el nombre del posible candidato a diputado por CABA pasa de ser un símbolo de unidad a un campo de batalla por encarnar la oposición.         Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P