En una reciente intervención durante el Council of the Americas, el jefe de Gabinete Guillermo Francos compartió una frase atribuida al presidente Javier Milei, como parte de una defensa pública del Gobierno: > “A veces el presidente comenta: ‘Me dicen que soy cruel. Y en realidad, yo debo ser el presidente menos cruel que ha tenido la Argentina, porque me estoy fijando en el futuro de los argentinos, en el de los jóvenes y de quienes tienen que desarrollarse y vivir en este país’.”     La frase fue esgrimida luego de que Francos cuestionara la postura de legisladores que rechazaron el veto oficial a la Ley de Emergencia en Discapacidad, acusándolos de carecer de perspectiva sobre el incremento real de la discapacidad en el país y sugiriendo que esas pensiones habrían sido usadas con fines políticos.     Ese gesto linguístico no es menor. El presidente intenta presentarse como alguien duro en la política pero compasivo en el fondo, cruzando un mensaje casi mesiánico con un aire de gobernante justo.   Convertir la dureza en una virtud disfrazada de "visión de futuro" suena a corto circuito comunicacional. La Argentina atraviesa una crisis social profunda: recortes en pensiones, desempleo creciendo, jubilaciones deterioradas y salud pública en jaque.    Es un intento de redención verbal, mientras el sistema muere de inanición y los sectores vulnerables pagan las consecuencias. La retórica se vuelve peligrosa cuando se construye en el vacío, sin un respaldo real en políticas solidarias.          Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P