La estrategia electoral del oficialismo en la provincia de Buenos Aires sufre un golpe inesperado y, para algunos, vergonzoso. Daniel Parisini, el influencer libertario conocido como El Gordo Dan, fue finalmente descartado como figura para encabezar la boleta en la Tercera Sección Electoral, una región clave del conurbano donde Cristina Kirchner pisa fuerte. La decisión, que se tomó en las últimas horas, cayó como un balde de agua fría en la mesa política que rodea a Javier Milei. Hasta hace semanas, el nombre de Parisini sonaba fuerte como el "anti-Cristina" que podía irrumpir en el corazón peronista con su retórica explosiva y su llegada al electorado joven a través de Twitch y TikTok. Pero las encuestas internas fueron lapidarias. Según fuentes cercanas al oficialismo, los números mostraron un rechazo importante a su figura, incluso entre votantes libertarios. Su imagen negativa superaba los 60 puntos, y su desconocimiento en los barrios del sur del conurbano bonaerense era alarmante. "No lo conoce nadie fuera de las redes", se sinceró un operador de La Libertad Avanza. Peor aún: ni siquiera cumple con los requisitos formales para ser candidato en la provincia, ya que no tiene domicilio legal en Buenos Aires. Es oriundo de Santiago del Estero y no logró acreditar residencia. A esto se sumaron tensiones internas. Mientras en el entorno digital de Milei lo impulsaban como "el outsider que viene a romper todo", los dirigentes del armado territorial advertían que no tenía estructura ni militancia que lo respalde. El recelo se hizo evidente en los últimos días y la baja terminó siendo inevitable. La retirada de Parisini dejó al Gobierno en una situación incómoda. Con Cristina Kirchner preparando su posible candidatura en el sur del conurbano y el Frente de Todos con intenciones de recuperar la iniciativa en su bastión histórico, Milei ahora no tiene un rival claro para presentarle. La posibilidad de que se postule Iñaki Gutiérrez —el joven community manager de Milei— está sobre la mesa, pero tampoco convence del todo. "Poner a un CM a competir con Cristina es como mandar a pelear a un cadete contra Mike Tyson", ironizó un dirigente opositor. El papelón con El Gordo Dan también deja al descubierto los límites del mileísmo: mucho ruido en redes, pero pocos cuadros reales para disputar el poder en los territorios más difíciles. Y en la Rosada lo saben. Por eso, ahora el foco está puesto en evitar una derrota estruendosa en el conurbano, que podría complicar no solo el panorama electoral de Milei, sino también la gobernabilidad. Mientras tanto, Parisini volvió a sus transmisiones online, bajó el perfil político y se mostró molesto por la decisión. No descarta volver a intentarlo, pero por ahora, el "milagro libertario" en la Tercera Sección quedó en pausa.