El dirigente del Frente Patria Grande, Juan Grabois, confirmó este jueves que será candidato en las próximas elecciones, y aprovechó el anuncio para encender las alarmas en el peronismo: advirtió que es inminente un intento del Gobierno por detener a Cristina Fernández de Kirchner, en el marco de una “campaña judicial” que —según él— busca proscribir a los liderazgos populares. “Van por Cristina. La quieren presa. Y esto no lo digo por especulación, lo digo porque hay indicios reales, conversaciones filtradas y operaciones en marcha”, lanzó Grabois durante un acto en el conurbano bonaerense. La declaración cayó como una bomba en medio del clima tenso que atraviesa el kirchnerismo, donde ya se hablaba —en voz baja— de un posible avance judicial contra la expresidenta. En paralelo, Grabois decidió saltar al ring electoral con una fuerte impronta militante. “No vamos a mirar desde la tribuna cómo se llevan puesto al país. Vamos a construir una alternativa desde el campo nacional y popular, con coraje, con convicciones y con calle”, remarcó, al anunciar formalmente su precandidatura. El dirigente social hizo foco en lo que definió como un “nuevo pacto de poder entre el Gobierno de Milei, la Justicia adicta y el poder económico concentrado”, y sostuvo que la avanzada contra Cristina no es aislada, sino parte de una estrategia más amplia para disciplinar a la política. “Están montando causas, agitando los medios y buscando la foto de una Cristina esposada. Es lo que sueñan. Pero no se los vamos a permitir”, advirtió. Según Grabois, los tiempos judiciales se aceleraron en las últimas semanas, y hay “contactos dentro del aparato judicial” que ya deslizan un escenario de detención. En el entorno de Cristina Kirchner reina la cautela, pero también la preocupación. La exmandataria todavía no se pronunció sobre estas versiones, aunque su entorno más cercano evalúa que la situación “es de máxima tensión” y no descartan movimientos sorpresivos por parte del oficialismo judicial. La jugada de Grabois, en ese contexto, busca posicionarlo como el vocero de una militancia disconforme con las tibiezas del PJ tradicional, y al mismo tiempo encarnar una línea de defensa directa de Cristina. Mientras tanto, en el Frente de Todos (ahora en modo dispersión), muchos miran con inquietud el nuevo frente que se abre. La candidatura de Grabois complica cualquier intento de unidad sin resolver el liderazgo real del espacio. Y si Cristina efectivamente es blanco de una ofensiva judicial, la campaña podría entrar en un terreno mucho más explosivo.