Finanzas Personales

Informe advierte: clase media se desploma y pierde poder adquisitivo

Un reciente estudio alerta que la clase media argentina se redujo significativamente en los últimos años por la alta inflación, la precarización laboral y los recortes de subsidios, delineando un retroceso social con impacto político por su rol como sector clave.

  • 12/06/2025 • 18:55

 La clase media retrocede: más vulnerabilidad y menos consumo

La clase media atraviesa una de las peores etapas de las últimas décadas. Ya no se trata solo de un ajuste temporal, sino de una caída estructural. Cada vez más hogares que hasta hace poco lograban mantener cierto nivel de vida hoy enfrentan dificultades para cubrir sus gastos básicos.

Según el informe, el porcentaje de hogares pertenecientes a la clase media bajó del 47 al 40 en apenas dos años. Incluso, uno de cada cinco hogares que formaban parte de este sector cayó en situación de pobreza. En la Ciudad de Buenos Aires, ese deterioro también se refleja con fuerza: la pobreza urbana trepó al 35 y la clase media retrocedió casi 3 puntos en pocos meses.

Las causas principales están claras: el salario pierde frente a la inflación, la informalidad laboral avanza y los recortes de subsidios a servicios como luz, gas y transporte agravan la situación. Además, el acceso al crédito es cada vez más limitado y el consumo se retrae. En ese contexto, el 42 por ciento de los hogares perdió capacidad de compra en los últimos años.

Pero el impacto no es solo económico. Este retroceso afecta la estructura social, política y hasta cultural del país. La clase media fue históricamente una referencia de estabilidad, movilidad ascendente y compromiso institucional. Hoy aparece golpeada, frustrada y con escasa confianza en la dirigencia.

Desde el oficialismo, las reformas económicas en curso no contemplan un alivio inmediato para este sector, mientras que la oposición intenta capitalizar el malestar pero sin propuestas concretas. La tensión social crece y se anticipa como un factor clave en la próxima etapa electoral.

Mientras tanto, la brecha entre quienes logran sostener ingresos dolarizados o empleo estable y quienes no pueden cubrir gastos esenciales se profundiza. Las señales de alarma están encendidas. Y si no hay respuestas rápidas y estructurales, la clase media podría dejar de ser un motor del desarrollo para convertirse en epicentro del conflicto.