La *cumbre del Mercosur* celebrada este jueves en el Hotel Intercontinental de Buenos Aires no solo tuvo gestos diplomáticos, discursos moderados y llamados al libre comercio. También dejó una *tensión silenciosa pero contundente: el presidente de Brasil, *Luiz Inácio Lula da Silva, se mostró **notoriamente molesto* con la organización del evento, y *evitó cualquier saludo o foto directa con Javier Milei*. Aunque el acto de traspaso de la presidencia pro tempore del bloque se desarrolló en tono institucional, Lula llegó con cara seria, *cambió el protocolo previsto, evitó cualquier encuentro a solas con el mandatario argentino .   El malestar: protocolo alterado y desplantes previos Según fuentes diplomáticas, *el enojo de Lula se desató incluso antes del arranque de la cumbre*. La delegación brasileña consideró “desprolija” la organización por parte de la Cancillería argentina y criticó que no se ofrecieran espacios formales de bilateralidad ni una estructura acorde a la envergadura del evento. El malestar también tuvo un componente político: *Lula no olvida los fuertes ataques personales que Milei le propinó durante la campaña presidencial, cuando lo calificó de “corrupto” y “comunista”. A pesar de que ambos son jefes de Estado y comparten el Mercosur, *no hubo ni un gesto de reconciliación institucional*.                                        La imagen que no fue Lula ingresó al salón sin mirar a Milei, escuchó su discurso con rostro adusto y luego se retiró sin interacción. Incluso *se evitó que ambos coincidieran en pasillos o reuniones paralelas*, lo que desde Brasil fue interpretado como una decisión deliberada del anfitrión, y desde Argentina como un pedido del propio Lula.   Mercosur con distancia personal Pese a la tensión entre los mandatarios, el bloque avanzó en una agenda económica compartida. Lula prometió continuar con las negociaciones del tratado con la Unión Europea y destacó que el Mercosur “debe superar diferencias ideológicas y concentrarse en acuerdos productivos”. Desde la comitiva de Milei intentaron bajar el tono: “El Presidente cumplió su rol institucional, no hay que leer más de lo que fue”, deslizó un vocero.   *En política exterior, a veces los gestos dicen más que los discursos.* Y en esta cumbre, la falta de saludo fue el mensaje más fuerte de todos.