Mientras Javier Milei insiste en que su programa económico es el único camino posible, los datos reales empiezan a desnudar una verdad preocupante: el empleo formal está cayendo en picada. Según cifras oficiales de la Secretaría de Trabajo, desde noviembre de 2023 hasta abril de 2025 se perdieron 275.000 empleos, en su mayoría registrados en el sector privado. El dato no sólo es alarmante por su magnitud, sino también porque rompe con el relato del “rebote económico” que el Gobierno intenta instalar.   Los datos son del primer trimestre de 2025: En el primer trimestre de este año, en relación al trimestre previo, la desocupación pasó de 6,4% a 7,9% Se destruyeron 275 mil puestos de trabajo asalariados, en su mayoría formales. La desocupación sube porque más gente busca trabajo. Si se compara con el año anterior, la desocupación solo creció 0,2%. Pero el número no es absoluto. El empleo total aumentó gracias al crecimiento de cuentapropistas e informales. los asalariados formales – 2,6% de los empleos asalariados formales- explica la totalidad (y más) de la reducción de los puestos asalariados. El 72% del nuevo "empleo independiente" es registrado. Caída del poder adquisitivo impulsa el pluriempleo y la informalidad.   Lo más grave es que este retroceso no se detiene. Los indicadores muestran que la tendencia sigue siendo negativa en mayo y junio, empujada por la recesión inducida por el ajuste fiscal y la caída del consumo. Sectores como la construcción, la industria y el comercio son los más golpeados, pero el impacto empieza a sentirse también en los servicios. Se trata, en muchos casos, de pymes que no soportaron la caída de la actividad y terminaron cerrando o despidiendo personal. Este derrumbe laboral contradice de frente el discurso oficial, que insiste en mostrar una supuesta “desinflación exitosa” como síntoma de normalidad. Pero esa caída de precios no es más que el reflejo de una economía paralizada: la gente compra menos, las empresas producen menos, y el empleo se esfuma. En ese escenario, la mejora de algunos indicadores macro suena a victoria pírrica.                Además, los sindicatos y los movimientos sociales alertan por el deterioro de las condiciones laborales: se multiplican los despidos sin causa, crecen las suspensiones, y los salarios pierden poder adquisitivo mes tras mes. La llamada “libertad económica” parece estar recayendo sólo en quienes pueden despedir, cerrar empresas o especular, mientras los trabajadores ven cómo se licuan sus derechos. Lo que está en juego no es sólo el empleo, sino la promesa de un futuro. La Argentina que emerge del programa económico de Milei es una de precariedad, informalidad y desempleo. Y aunque el presidente insista en que todo es parte de un plan, cada vez más sectores se preguntan cuánto más se puede resistir sin trabajo.     Canal WhatsApp: [https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M] Red X (Es Twitter): [https://x.com/El_Pulso_P](https://x.com/El_Pulso_P)