Nacional

Villarruel en modo paranoia: blindó el Senado y ve espías por todos lados

La vicepresidenta tomó medidas extremas de seguridad y sospecha que está siendo espiada. Mientras Milei le suelta la mano y crecen las internas, Villarruel refuerza su búnker político en el Senado con un operativo de inteligencia sin precedentes.

  • 16/07/2025 • 10:04


Victoria Villarruel ya no confía en nadie. Aislada del núcleo duro libertario y tras varios episodios que evidenciaron su ruptura con Javier Milei, la vicepresidenta decidió blindar el Senado con un dispositivo de seguridad inédito. (podés leer: ¨Villarruel defiende el voto por los jubilados¨ y ¨Milei furioso con Villarruel: le contestó con indirectas en redes¨). 

Sospecha que está siendo espiada por el propio oficialismo y que, detrás de cada paso que da, hay oídos atentos y ojos vigilantes.

La exmilitante del nacionalismo duro ordenó revisar todo el sistema interno del Senado, desplegó un "anillo de seguridad e inteligencia" en los despachos y hasta reforzó los protocolos de ingreso a las oficinas clave. No es paranoia, insisten en su entorno: es supervivencia política. Villarruel siente que la están rodeando y decidió levantar murallas para resistir.

Los movimientos no son inocentes. En paralelo a la avanzada de Milei contra su figura tras la votación por las jubilaciones, la vicepresidenta está replegándose pero sin resignar poder. Fortaleció su estructura de asesores, limitó el ingreso de funcionarios externos al recinto y hasta modificó su rutina diaria para evitar filtraciones. En su despacho ya no se habla con libertad: los celulares quedan afuera y las reuniones son cada vez más cerradas.

El dato que más preocupa en Casa Rosada es que Villarruel no solo se aísla: también prepara su defensa legal, convencida de que buscan forzar su salida institucional. La vicepresidenta sospecha que detrás de los rumores, trascendidos y operaciones mediáticas hay sectores del gobierno libertario que quieren correrla del escenario. La inteligencia del Senado, una estructura con capacidad de monitoreo interno, habría sido uno de los primeros blancos de intervención.

En este clima enrarecido, la política argentina vuelve a moverse al ritmo de las traiciones. Villarruel, que supo ser la compañera de fórmula y voz confiable de Milei, hoy es vista como una figura incómoda. Su resistencia desde el Senado no solo amenaza el control del oficialismo en la Cámara Alta, sino que también anticipa una interna feroz que podría escalar hacia una ruptura definitiva.
 

 

 

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