La tradicional Confederación General del Trabajo (CGT), históricamente base de poder peronista, está al borde de registrar su representación más baja en casi cincuenta años. Según el último cálculo, conseguiría apenas tres bancas para octubre, el número mínimo acordado con el frente Fuerza Patria, y muy por debajo de las 39 logradas entre 1973 y 1976 . Este retroceso no es casual. La CGT protagonizó una protesta reciente contra el ajuste del gobierno y el freno a los jubilados, incluso convocando la histórica marcha de San Cayetano para el 7 de agosto . Pero su relevancia política se diluye: comenzó el diálogo con Kicillof y Massa, exigiendo participación electoral, solo para recibir una promesa de un solo lugar en la lista electoral nacional, y cero presencia en las candidaturas provinciales bonaerenses . El dato simboliza una crisis profunda. Un Congreso fragmentado y una central obrera ausente del armado político le restan impulso a toda iniciativa sindical en el Parlamento: hasta hoy se trataron solo 8 de casi 1.500 leyes, lo que expone la parálisis institucional de un Estado con bancadas debilitadas . La CGT ya no mueve el tablero como antes. Representa a un segmento cada vez más minoritario del mercado laboral, mientras el empleo informal supera el 50% del total. Su modelo sindical enfrenta transformaciones estructurales para las que no logró adaptarse. Otros actores (CTEP, movimientos sociales, CTA) le ganan protagonismo popular y territorial . El sindicalismo argentino libra ahora su peor pulso interno: sin bancas, sin poder real y con un horizonte incierto. Y a menos que reaccione rápido, la central que fue columna vertebral del peronismo está lista para convertirse en un actor testimonial.       ¡No te pierdas ningún detalle de la política argentina y mundial! Síguenos en nuestro canal de WhatsApp: Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P