El escándalo de las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad no deja de escalar. Lo que comenzó con los audios explosivos de Diego Spagnuolo —ex titular del organismo— terminó cristalizándose en un expediente demoledor: el juez federal Sebastián Casanello decidió encuadrar la investigación bajo las figuras de asociación ilícita, cohecho activo y pasivo, defraudación por administración fraudulenta y negociación incompatible con la función pública. Leé:¨Diego Spagnuolo renunció ante escándalo de coimas en Discapacidad¨   La primera sorpresa del expediente fue el nombre que encabeza la carátula: Javier Milei. El Presidente figura en la nómina de investigados junto a Spagnuolo, Lule Menem, directivos de la droguería Suizo Argentina y otros funcionarios del círculo íntimo libertario. Casanello avanzó con una imputación dura: la de un entramado organizado para cobrar retornos de hasta el 3% en la compra de medicamentos destinados a personas con discapacidad, un área que el propio Milei recortó con su motosierra desde el inicio de su gestión.   El juez no escatimó palabras: “Le tiró el Código Penal por la cabeza”, ironizó un dirigente opositor al conocerse la noticia. Y no es para menos: cada una de las figuras imputadas conlleva penas de varios años de prisión, algo que vuelve insostenible el relato oficial de que se trata de “operaciones políticas” o de un funcionario que actuó por cuenta propia. Leé también: ¨Megaoperativo por coimas: allanaron la ANDIS y Suizo Argentina¨   La investigación, que ya incluye allanamientos, secuestro de sobres con dólares y la intervención de la Policía Federal en Nordelta, empieza a mostrar un cuadro de corrupción estructural en el corazón mismo del oficialismo. Spagnuolo, amigo personal y abogado de Milei, ya había relatado en los audios filtrados que informó personalmente al Presidente sobre “el Jefe y su pandilla” cobrando coimas en medicamentos. Y en ese marco, ya Cristina lo colocaba a Milei en el banquillo no solo por el asunto de las coimas, sino también por su enorme hipocresía moral tras promover la doctrina que la llevó a prisión.se destaca Cristina Fernández de Kirchner. Lejos de ser código hard, apareció con su tuit ácido: culpó a Milei y a su entorno, y eximió al kirchnerismo del desgaste que ella misma suele cargar con ironía.  Al afirmar que este caso es “infinitamente peor”, desmonta el relato hegemónico del gobierno sobre transparencia y ruptura con el pasado corrupto. (Podés leer: ¨Che Milei... las coimas en Discapacidad son infinitamente peor que Vialidad¨).   En definitiva, la causa Spagnuolo expone la hipocresía brutal del oficialismo: mientras Milei gritaba contra la “casta”, en su propio despacho se cocinaba la trama más obscena de corrupción con medicamentos para discapacitados. Hoy la Justicia lo tiene a él y a su círculo íntimo bajo la lupa, y ya no hay relato que tape lo evidente: el Presidente que prometió barrer con los privilegios terminó hundido en la mugre que decía combatir. La “doctrina Vialidad” que usaron para perseguir a Cristina Kirchner se les volvió un boomerang. Si a ella la acusaban de “deber saber”, ahora Milei no tiene escapatoria: sabía, lo escuchó de boca de su propio funcionario y no hizo nada. La historia es cruel: al libertario que soñaba con dinamitar el sistema, la dinamita le explotó en la cara.         Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P