El peronismo atraviesa una etapa de alta tensión interna, marcada por diferencias estratégicas entre el gobernador bonaerense Axel Kicillof y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Mientras Kicillof busca consolidar su liderazgo con autonomía, sectores alineados con Cristina, como La Cámpora, presionan por mantener el control del partido. Recientemente, Kicillof decidió desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales, una medida que generó malestar en el entorno de Cristina, quien considera que esta decisión debilita la campaña nacional del peronismo. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, expresó su sorpresa y descontento, señalando que la decisión del gobernador no fue consensuada. Por otro lado, Máximo Kirchner y otros dirigentes promueven la formación de listas propias, desafiando la estrategia de unidad que algunos sectores consideran esencial para enfrentar al oficialismo de Javier Milei. Sin embargo, figuras moderadas dentro del peronismo advierten que una ruptura interna podría ser perjudicial tanto para Kicillof como para Cristina, debilitando al movimiento en su conjunto. En este contexto, la necesidad de encontrar un equilibrio entre las distintas corrientes del peronismo se vuelve crucial para mantener la cohesión y eficacia del partido de cara a los próximos desafíos electorales. ???? Imagen recomendada: