En una decisión que sorprendió a propios y extraños, el presidente Javier Milei acordó con el empresario farmacéutico Hugo Sigman mantener el monopolio de la vacuna contra la fiebre aftosa en manos de Biogénesis Bagó, bloqueando así la importación de dosis más económicas desde Brasil. Esta medida contradice la política de desregulación impulsada por el ministro Federico Sturzenegger, quien buscaba abrir el mercado a la competencia internacional para reducir costos y beneficiar al sector ganadero argentino. Sturzenegger había propuesto permitir la entrada de vacunas brasileñas, significativamente más baratas que las producidas localmente, con el objetivo de romper el monopolio de Biogénesis Bagó y fomentar la competencia. Sin embargo, la negativa del presidente a avanzar con esta iniciativa dejó al ministro en una posición incómoda y generó tensiones dentro del gabinete. El acuerdo con Sigman también ha sido criticado por sectores de la oposición y del propio oficialismo, que ven en esta decisión una contradicción con el discurso libertario de apertura de mercados y libre competencia. Además, se cuestiona la influencia de los laboratorios en las decisiones del gobierno, especialmente considerando que Sigman fue uno de los principales aportantes a la campaña de Milei. Esta situación pone de manifiesto las dificultades del gobierno para llevar adelante su agenda de reformas y desregulación, enfrentando resistencias tanto internas como externas. Mientras tanto, el sector ganadero continúa soportando altos costos por la vacuna contra la fiebre aftosa, sin perspectivas claras de una solución a corto plazo.