Mauricio Macri rompió el silencio. Y lo hizo para dejar claro algo que, hasta hace semanas, prefería manejar entre bambalinas: su apoyo total al Gobierno de Javier Milei. “La prioridad es que al Gobierno le vaya bien”, afirmó en declaraciones que no solo sorprendieron a parte de su propia tropa, sino que dejaron al descubierto la fractura expuesta dentro del PRO. Macri venía jugando un papel ambivalente, manteniendo reuniones con libertarios, presionando a Cristian Ritondo para cerrar acuerdos con La Libertad Avanza en Buenos Aires, y dejando trascender que veía con buenos ojos varias reformas estructurales impulsadas por Milei. Pero ahora fue más allá. Eligió el escenario público para darle un espaldarazo directo al Presidente, justo cuando el oficialismo enfrenta resistencias internas, fricciones con aliados y una serie de reveses judiciales como la suspensión del DNU que limitaba el derecho a huelga. El PRO, cada vez más partido La decisión de Macri profundiza la grieta dentro del PRO. Mientras Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y un puñado de intendentes expresan preocupación por el rumbo del gobierno libertario —sobre todo en materia social y de federalismo fiscal—, el expresidente acelera su sintonía con la Casa Rosada. “El que no entiende que hay que acompañar este cambio se quedó en el pasado”, lanzó Macri en su entorno, según revelaron fuentes cercanas. Para él, no se trata solo de coincidencias ideológicas, sino de una jugada estratégica: subirse al éxito de Milei si lo logra, o al menos no quedar del lado del fracaso si naufraga. ¿Co-gobierno en puerta? El alineamiento de Macri se traduce en hechos concretos. El acuerdo entre Ritondo y Karina Milei en la provincia de Buenos Aires es apenas una muestra. También hay dirigentes del PRO en lista de espera para ocupar cargos nacionales o intermedios, aunque el Presidente aún se muestra reticente a “macrizar” su gabinete. En paralelo, el tándem Macri-Milei podría compartir escenario en algún momento clave del calendario legislativo. Ya hubo gestos, reuniones privadas y hasta coordinación para empujar leyes en el Congreso. Pero no todos en el PRO están dispuestos a tolerar una fusión sin condiciones. “No queremos ser furgón de cola de un gobierno que no escucha a nadie”, se quejan desde el ala dura de Juntos por el Cambio. Milei celebra, el peronismo acusa En la Casa Rosada celebraron el gesto de Macri. “Nos da respaldo y legitimidad frente a un sistema que quiere frenar el cambio”, deslizó un funcionario libertario. Del otro lado, en el peronismo, acusan al expresidente de ser cómplice de un ajuste que impacta directamente en jubilados, trabajadores del Estado y provincias. Con este nuevo escenario, la política argentina entra en una etapa de reconfiguración donde las viejas etiquetas ya no alcanzan para entender quién está con quién… ni por cuánto tiempo.