El indulto a Cristina divide al kirchnerismo Estrategia electoral hacia 2027 Hay un grupo de referentes electorales del kirchnerismo que consideran al indulto presidencial como una herramienta plausible en caso de que Cristina no logre revertir su condena antes de asumir. Ven la medida como una “reparación política” para recuperar a su figura central y proteger la base electoral. Frentes internos se tensan. Está el ala que lo defiende como una estrategia de unidad, pero también hay voces prudentes que advierten que un indulto podría ser contraproducente. Esa corriente teme que se interprete como impunidad política, generando rechazo en amplios sectores ciudadanos. El grupo contrario a la medida apunta a dos debilidades: primero, advierten que una amnistía o indulto podría consolidar la percepción de “politización de la Justicia”. Segundo, se argumenta que CFK, históricamente, también criticó estas herramientas, pidiendo “ni indulto ni amnistía, sino justicia”, frase que retuiteó como señal en el pasado. El escenario se piensa con Cristina fuera de carrera, o con inhabilitación vigente en 2027. El indulto permitiría habilitarla legalmente. Pero hacerlo encendería alarmas en sectores institucionales, la prensa y buena parte del electorado no peronista, con impacto para la legitimidad del futuro Gobierno. El debate por el indulto se enmarca en el armado político: si Cristina retoma protagonismo, podría liderar la lista o garantizar su continuidad política. Pero si la elección se gana con otra figura, el tema pasaría a ser un punto de negociación interna posterior. El kirchnerismo debate si un indulto sería un reconocimiento legítimo de desgaste institucional o si abriría una fractura política crucial. La decisión dependerá del resultado electoral de 2027 y de cómo se reorganice el liderazgo peronista. Lo que hoy asoma como una posibilidad está lejos de consolidarse, y marcará el tono del regreso institucional si se concreta.