Desde su arresto domiciliario, *Cristina Kirchner* continúa siendo el eje del peronismo. La campaña *“Argentina con Cristina”* se presenta como una maniobra organizada para reforzar su influencia y mantener la mística política milanesa, mientras el PJ enfrenta la pregunta crítica: ¿quién será su heredero político? .     Con un respaldo sólido del *25?% del electorado*, según encuestas, Cristina mantiene una base inquebrantable —la más alta dentro del peronismo— pese a su condena e inhabilitación, lo que convierte su figura en un imán político difícil de reemplaza. El plan incluye caravanas, audios movilizadores, actos públicos y marchas de intendentes en plazas estratégicas cerca de Comodoro Py. Se busca convertir la narrativa de “persecución judicial” en un hecho político concreto que impulse a su electorado en octubre .     En la provincia de Buenos Aires, con el 40?% del padrón nacional, Cristina jugaría un rol decisivo: está instalada como candidata en la tercera sección, clave para reforzar su liderazgo territorial. Su elección podría definir si habrá sucesión o renovación interna  El gran desafío reside en la disputa interna. Aunque figuras como *Axel Kicillof* y Máximo Kirchner emergen como posibles relevo, ninguno logró aún reemplazar simbólicamente el lugar que Cristina ocupa desde su domicilio. Esta estrategia busca, además, disputarle al oficialismo la centralidad electoral. Con Milei consolidando alianzas y enfocado en confrontar a Kicillof como principal rival, el peronismo pretende transformar a Cristina en su bandera unificadora .   * La campaña “Argentina con Cristina” es una apuesta por mantener su liderazgo político incluso desde prisión domiciliaria. * El PJ aprovecha su fuerte caudal electoral para renovar su centralidad hasta octubre. * La disputa interna se dirime entre quienes apuestan a Máximo, Kicillof u otros líderes emergentes. * La provincia de Buenos Aires será clave: triunfo allí consolidaría su influencia y el curso de sucesión peronista.   La campaña arranca desde el corazón de la tensión política: una expresidenta inhabilitada, una frase de retorno que resuena, y el caldo electoral en proceso. La pregunta central: ¿podrá un PJ sin Cristina mantener una identidad unificada… o será su figura la que siga marcando el pulso de la oposición en Argentina?