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Milei, Caputo, Karina y la traidora: el show libertario.

Mientras la Argentina se hunde en una recesión brutal, el mandatario dio una extensa entrevista en la que aseguró que la supuesta pelea entre su hermana y el asesor presidencial es “una pelotudez” y lo atribuyó a operaciones mediáticas. Además, volvió a tildar de “traidora bruta” a la vicepresidenta

  • 27/07/2025 • 00:47


Durante una entrevista concedida a radio Mitre desde el predio de la Sociedad Ruralel presidente se dedicó a explicar el “modelo libertario” mientras construía un nuevo capítulo en su saga de enemigos internos y leales absolutos. En su relato, no hay lugar para grises: o se es parte del “triángulo de hierro” —con Karina Milei, Santiago Caputo y Guillermo Francos como pilares— o se es un “traidor”, “parásito inmundo” o “asesino del futuro”.

Con tono exaltado, Milei negó cualquier interna con su hermana Karina o su gurú Santiago Caputo. Dijo que Caputo es “como un hermano” y que entre los tres forman una maquinaria perfecta para gobernar. Pero la sobreactuación de unidad esconde las fisuras. Desde hace semanas, el Gobierno transita tensiones evidentes entre sus propios aliados, al punto que ni siquiera la vicepresidenta fue autorizada a ingresar a La Rural para escuchar el discurso del presidente. A pesar de eso, Milei no tuvo reparos en atacarla con furia. La llamó “traidora bruta”, la acusó de querer hacer volar la economía, la cuestionó por su jubilación y la mandó al destierro con su latiguillo preferido: “Roma no paga traidores”. (leé: ¨Milei fulmina a Villarruel: “Traidora” por no frenar al Senado rebelde¨).

 

                  
 

El nivel de violencia simbólica es impactante. Mientras Milei se despacha con insultos contra Villarruel por permitir una sesión en el Senado que impulsó leyes en favor de los jubilados, nadie en el Gobierno —ni Bullrich, ni Francos— condena ese discurso. La ministra de Seguridad que se indigna por los tuits de Pablo Toviggino no dice una palabra cuando el propio presidente insulta a su vice en público, al borde de la misoginia y la humillación personal. Silencio cómplice que deja al desnudo la hipocresía libertaria. (podés leer: ¨Bullrich amenaza a Toviggino y estalla el reclamo por la censura¨).

El presidente también arremetió contra los aumentos del gasto público votados por el Congreso, y con una verborragia brutal aseguró que eso equivale a “un genocidio”. Sí, Milei comparó un aumento del presupuesto con una masacre sistemática, relativizando así el significado histórico y humano de la palabra. Una vez más, el showman le gana al jefe de Estado.

Milei habla de “genocidio fiscal” pero lo que está ocurriendo es otra cosa: un experimento económico sin freno, con consecuencias sociales que pueden explotar en cualquier momento. La economía real, como la política, le marca límites a la fantasía libertaria. Y en esa pulseada, más temprano que tarde, la realidad termina ganando.

 

 

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