Macroeconomía

El dólar rompe el blindaje discursivo de Milei y desordena la campaña

La suba del dólar volvió a poner en jaque el relato libertario: promesas de estabilidad, ajuste “ordenado” y superávit que ya no convencen ni al mercado ni a la gente. El Gobierno se refugia en el miedo al pasado, pero la economía y la política exigen respuestas del presente.

  • 02/08/2025 • 08:59

                         
Por más que lo intente, Javier Milei no puede tapar el sol con memes. La economía, esa realidad que el Presidente dice entender mejor que nadie, volvió a golpear la puerta del relato oficialista con fuerza: el dólar blue superó los $1.500, generando una nueva ola de incertidumbre, y dejando al desnudo las tensiones internas del propio discurso libertario.

 

                Luis Caputo, en acto de
 

Desde hace semanas, el Gobierno repite que el plan económico está “funcionando” y que la estabilidad está garantizada gracias al ajuste, el superávit fiscal y la motosierra. Sin embargo, la suba sostenida del dólar, la caída del consumo y el parate productivo revelan otra cosa: que hay una crisis latente, que los parches ya no alcanzan y que el miedo a “volver al pasado” ya no seduce como escudo.

El problema para el oficialismo no es solo económico. Es también comunicacional. Enfrentado a una inflación que dejó de bajar, a salarios que no recuperan y a reservas que siguen frágiles, el Gobierno volvió a recurrir al gastado recurso del “temor al kirchnerismo”, una fórmula que ya no enamora como en diciembre. Mientras tanto, el electorado empieza a exigir respuestas concretas, no promesas ideológicas ni slogans de redes sociales.

Lo que se percibe es una falta de anclaje entre el discurso y los datos duros. La economía no encuentra dinamismo y en ese contexto, la suba del dólar funciona como síntoma de desconfianza. Pero lo más delicado es que ese síntoma ya no viene solo de la oposición o los analistas críticos, sino también de adentro del propio ecosistema libertario, donde ya empiezan a aparecer diferencias entre halcones ortodoxos, “libertarios tácticos” y pragmáticos desesperados por llegar a 2027 con algo más que likes.

Las inconsistencias del discurso oficial también empezaron a generar roces dentro de la coalición de gobierno. Mientras Milei insiste con un relato mesiánico, hay sectores del PRO que piden resultados, sectores del mercado que reclaman claridad y aliados que ya no quieren pagar el costo de una recesión sin salida.

El Presidente volvió sobre el tema el jueves. Insistió con la idea de un ataque especulativo contra el Gobierno, ya en tiempo de campaña. El dato significativo fue que en esta última entrevista se mostró acompañado por Luis Caputo y otros integrantes del equipo económico, encargados no del discurso de batalla sino del mensaje sobre control de la situación. Milei, en cambio, amplió su descarga sobre el kirchnerismo aunque puso énfasis en la descalificación de Villarruel

La retórica disruptiva ya no alcanza, y la foto de Milei con un títere en la mano en el programa de Fantino pierde peso frente al ticket del supermercado o la factura de gas. (podés leer: ¨Milei se ilusiona con la reelección: “En 2027 voy a ser reelecto”¨).Las encuestas lo saben. La política también. Y aunque el Gobierno se niegue a verlos, los ruidos que provoca la economía podrían ser el principio de un temblor político que aún no encuentra contención.

 

La pregunta ya no es si el modelo “libertario” va a funcionar, sino cuánto puede resistir sin colapsar por sus propias contradicciones. El dólar, una vez más, se convierte en ese barómetro que no miente. Y esta vez, parece estar marcando tormenta.

 

 

 

 

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