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Lugones resiste a la tormenta del fentanilo: Casa Rosada lo ratifica

En medio de un escándalo sanitario que ya dejó casi 100 muertos, el ministro de Salud Mario Lugones negó haber presentado la renuncia y recibió respaldo explícito de Milei y su mesa chica. Mientras, el gobierno canaliza la crisis hacia la Justicia y defiende su continuidad.

  • 21/08/2025 • 08:40

 

Negativa a renunciar y respaldo político

Mario Lugones salió al cruce de rumores esta semana y firmemente negó haber presentado su renuncia: “¿Renunciar yo? No”, declaró tras una reunión en Casa Rosada con su jefe político, Santiago Caputo, y otros miembros del gabinete del presidente Javier Milei.

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, reiteró que Lugones no tiene responsabilidad en la tragedia del fentanilo contaminado —que sumó cerca de un centenar de muertes— y que, por lo tanto, no se esperaba su salida. “No presentó la renuncia y estamos convencidos que no tuvo ninguna responsabilidad”, afirmó en radio Mitre. 
 

Contexto de la crisis sanitaria y judicialización

El escándalo del fentanilo adulterado (lotado con bacterias letales) escaló en las últimas semanas, con acusaciones hacia la ANMAT —dependiente del ministerio de Salud— por no impedir antes la distribución de ampollas contaminadas. La oposición y medios cuestionaron la lentitud de la respuesta estatal.
 

En paralelo, el secretario sanitario ordenó un sumario interno en la ANMAT para deslindar responsabilidades, mientras el Gobierno salió públicamente a centrar el foco en el laboratorio HLB Pharma y sus cuestionadas prácticas.
 

Reacciones públicas y tensiones mediáticas
 

Alejandro Fantino, cercano al oficialismo, fue uno de los más duros críticos: en su programa exigió la renuncia del ministro. Calificó su gestión de “tortuga Manuelita” y le reprochó comunicarse mal “cuando se juega la muerte de cien personas”. (Podés leer:¨“Fantino fulmina a Lugones: ‘Estás sucio como una papa, renunciá ya’”¨).
 

 Eduardo Feinmann también se sumó a los cuestionamientos calificando como “patético” el desempeño del funcionario. Lugones, visiblemente afectado, se quebró al recordar que es médico y que lo atraviesa profundamente la tragedia. 
 

Apuntalamiento institucional y narrativa oficial

A pesar de las críticas, desde el oficialismo retrucan que Lugones fue quien pidió la primera inspección en HLB Pharma y que esas medidas anticipadas evitaron más muertes. Fuentes gubernamentales coinciden en que no hay intención de desplazarlo y que la crisis se originó por negligencias previas fuera del ámbito ministerial. 

 

La continuidad del ministro Lugones frente a una crisis que sacude el sistema de salud es reveladora: el gobierno prioriza contención política y narrativas de control, pese al derrumbe institucional y la pérdida de confianza pública. El respaldo sin fisuras de personajes clave como Francos y Caputo indica que no hay voluntad de asumir costos políticos, aunque ello signifique mantener a un funcionario bajo fuego mediático e institucional.

Mientras,  las víctimas esperan algo más que peritajes y sumarios internos. El contraste entre las muertes reales y la defensa burocrática del Gobierno profundiza la brecha entre política y responsabilidad pública. Aún resta saber si la judicialización de la crisis flaqueará o se convertirá en una autocritica institucional con consecuencias reales.

 

 

 

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