Franco Colapinto, el joven piloto argentino de 22 años, vivió un fin de semana inolvidable en el Gran Premio de España. Aunque las primeras sesiones de entrenamientos libres no fueron las mejores para él, finalizando en las últimas posiciones y enfrentando dificultades con el monoplaza de Alpine, el cariño y apoyo de los fanáticos argentinos presentes en Montmeló fueron inquebrantables. Desde el inicio del evento, la "Francomanía" se hizo evidente. En el Fan Zone, Colapinto fue recibido con entusiasmo por una multitud de seguidores que ondeaban banderas argentinas y coreaban su nombre al ritmo de "¡Olé, olé, olé, olé, Franco, Franco!". La conductora del evento expresó su asombro al ver tantas banderas albicelestes, comentando que parecía estar en Buenos Aires en lugar de Barcelona. Colapinto, visiblemente emocionado, agradeció el apoyo y destacó la importancia de contar con el respaldo de sus compatriotas "Es un orgullo enorme tener a tantos argentinos al final. Muchos argentinos volvieron a acercarse al deporte y se volvieron a hacer fanáticos. Que se vuelva a ver la Fórmula 1 y el automovilismo nos faltaba en la Argentina, además de tener un piloto de nuestro país. Es un placer tener la oportunidad de estar en la Fórmula 1 y tener a todo un país bancándome". La interacción con los fans no se limitó al Fan Zone. Tras cumplir con sus compromisos con Alpine, Colapinto se acercó a los boxes para saludar a los hinchas que lo esperaban con ansias. Firmó autógrafos, se tomó selfies y recibió obsequios, incluyendo alfajores y galletitas, que aceptó con una sonrisa, aunque aclaró que no podía consumirlos debido a su régimen alimenticio.  Este fenómeno no es aislado. En eventos anteriores, como el Gran Premio de Las Vegas, Colapinto también protagonizó momentos emotivos con sus seguidores. En una charla con fans, un niño le expresó su deseo de ser como él cuando creciera, a lo que Franco respondió con ternura: "¡Mi amor! Vas a ser como yo. ¡Vas a ser mejor que yo, mucho mejor!".  La "Francomanía" continúa creciendo, y Colapinto se consolida como un ídolo para los argentinos y una figura destacada en la Fórmula 1. Su carisma, humildad y talento en la pista lo posicionan como una promesa del automovilismo mundial.