El clima en el kirchnerismo es de máxima tensión. En las últimas horas, referentes del espacio comenzaron a alertar sobre una posible detención inminente de Cristina Fernández de Kirchner, en el marco de causas judiciales que podrían reactivarse con fuerza. En voz baja, algunos hablan incluso de una operación política en curso orquestada desde los sectores más duros del oficialismo y apuntalada desde Comodoro Py. La preocupación se disparó tras una serie de movimientos sospechosos en el fuero federal. En particular, volvió a circular con fuerza la causa conocida como “Hotesur – Los Sauces”, en la que Cristina y sus hijos están acusados de supuestos delitos de lavado de dinero. Aunque en noviembre de 2021 había sido sobreseída, la Cámara de Casación revocó ese fallo, reabrió el expediente y dejó a la ex presidenta a las puertas de un juicio oral que podría acelerarse en cualquier momento. Para el kirchnerismo, la jugada tiene un objetivo claro: correr a Cristina del escenario electoral. Cerca suyo aseguran que los tiempos judiciales no son casuales y que existe una sincronización con los movimientos políticos del Gobierno nacional. "La quieren fuera del juego. La quieren presa antes de que anuncie si será candidata", aseguran en su entorno. Algunos incluso interpretan el silencio de CFK como una estrategia para no dar señales anticipadas. La tensión se amplifica con versiones que circulan en el Congreso y en los pasillos del peronismo: hay temor de un intento de detención antes del cierre de listas, en lo que sería un golpe de alto impacto para el espacio opositor. El rumor se coló también en los despachos de gobernadores peronistas, que si bien se han distanciado de Cristina, ven con alarma un escenario de persecución judicial que podría debilitar aún más al frente opositor. Desde el oficialismo, en cambio, reinan las ambigüedades. Javier Milei no se ha pronunciado sobre el tema, pero su entorno celebra en privado la “firmeza” de algunos jueces y fiscales federales. Algunos operadores libertarios incluso ven con buenos ojos una escalada judicial contra Cristina como forma de consolidar su relato anticasta. El presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, en un reciente encuentro con jueces.   En paralelo, en el kirchnerismo se multiplican las voces que piden "estar alertas". Se organizan reuniones reservadas entre dirigentes, se refuerza la estrategia jurídica y se preparan posibles movilizaciones si la ex presidenta llegara a ser detenida. “Si la tocan, el pueblo va a salir a la calle”, anticipó un senador cercano a La Cámpora. En definitiva, el kirchnerismo siente que el lawfare está de regreso. Y esta vez, con un gobierno libertario que, lejos de ocultarlo, parece dispuesto a empujar la jugada hasta las últimas consecuencias. Cristina, una vez más, vuelve a estar en el centro de la escena. Pero ahora, con la amenaza de una celda como telón de fondo.