La crisis política desatada tras la condena firme a Cristina Kirchner suma un nuevo capítulo: militantes peronistas realizaron este viernes cortes totales en los principales accesos a Mar del Plata, generando caos en el tránsito y malestar en turistas y transportistas que intentaban ingresar o salir de la ciudad. Las protestas comenzaron temprano por la mañana, cuando agrupaciones ligadas al kirchnerismo duro decidieron tomar la Autovía 2, la Ruta 88, la Ruta 11 y la Ruta 226, los cuatro principales ingresos a la ciudad balnearia. La medida, que se prolongó durante varias horas, fue definida en asambleas realizadas en distintas sedes del PJ bonaerense como parte de una jornada nacional de repudio al fallo de la Corte Suprema. "Es un golpe a la democracia. No podemos permitir que proscriban a Cristina", afirmó uno de los voceros de la manifestación, que rechazó la decisión judicial que inhabilitó a la ex vicepresidenta para ejercer cargos públicos y la condenó a prisión domiciliaria.   La protesta provocó largas filas de autos varados, quejas de turistas que intentaban llegar a la costa atlántica y complicaciones en el transporte de mercaderías. Desde las cámaras empresarias locales advirtieron que el bloqueo "afecta la economía regional" y reclamaron al gobierno provincial que garantice la libre circulación. En tanto, la Policía Bonaerense desplegó móviles en las zonas de corte pero evitó intervenir para no escalar el conflicto. Según trascendió, hubo negociaciones informales entre funcionarios del municipio marplatense y dirigentes piqueteros para intentar liberar al menos un carril en cada acceso, sin resultados positivos. La medida de fuerza fue impulsada por agrupaciones como La Cámpora, el Movimiento Evita y organizaciones sociales afines, que anunciaron nuevas acciones de protesta si la Justicia no revisa la condena a Cristina Kirchner. Por ahora no se registraron incidentes graves, aunque el clima en las rutas se mantiene tenso. En paralelo, desde el Gobierno nacional evitaron pronunciarse sobre la protesta, mientras que sectores de la oposición denunciaron "extorsión política" y pidieron una intervención firme de la Justicia para desalojar los bloqueos. El conflicto suma así un nuevo frente de tensión en un país marcado por la polarización política, la crisis económica y la incertidumbre institucional.