Movimientos sociales

Escracharon a Mercedes Ninci en Plaza de Mayo: gritos, insultos y tensión en Per Tutti

La periodista fue increpada mientras comía en un local frente a la Casa Rosada. La acusaron de “gorila” y “ensobrada”.

  • 18/06/2025 • 17:17

 

                             

 


Mercedes Ninci vivió un momento tenso este martes por la tarde cuando fue increpada por un grupo de personas mientras almorzaba en el reconocido local de comidas Per Tutti, ubicado frente a la Plaza de Mayo. Los insultos, que incluyeron gritos de “gorila”, “ensobrada” y otras descalificaciones, obligaron a la periodista a retirarse del lugar visiblemente molesta.

Todo ocurrió en cuestión de minutos. Varios comensales y transeúntes la reconocieron y comenzaron a insultarla con dureza, en medio de un clima político cada vez más polarizado. Ninci, que ha sido históricamente crítica del kirchnerismo y defensora de posturas cercanas a la centroderecha, fue blanco de acusaciones por su rol mediático y supuestos vínculos con sectores del poder económico.

En un video que rápidamente se viralizó, se la ve reaccionando con indignación mientras intenta defenderse verbalmente, aunque sin éxito. El escrache generó revuelo en redes sociales, donde se reabrió el debate sobre los límites del escrache, la libertad de expresión y la violencia política.

 

Un episodio que refleja la grieta


Lo ocurrido con Ninci es una muestra más del clima hostil que atraviesa la política argentina. Si bien los escraches no son nuevos en el país, el hecho de que ocurran en espacios públicos y sobre figuras mediáticas exhibe una sociedad cada vez más dividida, donde la bronca excede a los dirigentes y se extiende a periodistas, referentes culturales e incluso ciudadanos de a pie.

El incidente también expone cómo la Plaza de Mayo, históricamente un escenario de expresión popular, sigue siendo un epicentro de tensiones políticas, incluso en situaciones cotidianas como un almuerzo.

Mientras tanto, desde distintos sectores se debate si este tipo de actos representan una forma legítima de repudio o si, por el contrario, alimentan un espiral de hostilidad que debilita aún más el ya dañado tejido social argentino.