Cristina Kirchner no se quedó quieta. Apenas 24 horas después de que la Justicia aclarara que no tiene prohibido utilizar los espacios comunes de su domicilio, la exmandataria volvió a mostrarse desde el balcón de su departamento de Constitución. Su breve aparición fue interpretada como un gesto desafiante y de respaldo a la militancia que todavía se concentra en las inmediaciones del edificio. En la imagen que circuló en redes sociales se la vio saludando a los militantes que, desde temprano, volvieron a rodear la esquina de San José al 1100 con banderas y cánticos de apoyo. La decisión de Cristina de mostrarse públicamente ocurre en medio de la interna en el Frente de Todos sobre cómo encarar la resistencia política a su condena, mientras el oficialismo organiza la gran movilización a Plaza de Mayo prevista para el lunes. Desde su entorno dejaron trascender que la ex presidenta no aceptará “ninguna proscripción encubierta” y que ejercerá su “plena libertad de expresión desde su casa”, más allá de las restricciones judiciales. El episodio volvió a tensionar la relación con el Gobierno porteño, que había advertido sobre “riesgos para el orden público” si la dirigente convertía su domicilio en un punto de agitación política. La pulseada sigue abierta. Y Cristina, aún con tobillera electrónica, volvió a dar una señal de que no piensa replegarse.