Briatore durante el GP de Austria    Alpine sacudió el paddock con una medida fuera de lo habitual: cedió a Paul Aron, su piloto reserva de apenas 21 años, para que se suba al Sauber en las sesiones de *FP1* en Silverstone y Budapest. El objetivo es simple: darle a Aron una chance real, fuera del simulador, y que acumule experiencia en un entorno competitivo, todo sin soltar su vínculo con la marca francesa. El acuerdo, anunciado esta semana, apunta a que Sauber cumpla con el requisito de contar con un conductor “novato” en al menos dos carreras del año, y al mismo tiempo permite que Aron sume kilómetros vitales para su carrera. Desde Alpine destacan que se trata de una iniciativa para *potenciar a sus jóvenes talentos*, y ya evalúan repetir la experiencia en otras fechas clave. Además, el movimiento refuerza los rumores de un acercamiento entre equipos: con Audi pronto a convertirse en socio de Sauber*, Alpine coloca a Aron en una vidriera estratégica. Es una señal clara: quieren medir su adaptación, su capacidad de aportar a otro equipo y su crecimiento en un entorno más exigente. La decisión también llega en medio de una temporada convulsionada para Alpine, que atraviesa una fase de reorganización después de la salida del team principal y bajos rendimientos de sus pilotos titulares. Frente a ese contexto, la apuesta por Aron se ve como un mensaje interno: *apuesta por la cantera, el futuro y la diversificación de experiencia*. ¿El tiro saldrá por la culata o abrirá un camino sólido para el estonio? Lo cierto es que estos dos fines de semana marcarán un antes y un después para Aron, mientras Alpine mide riesgos, beneficios y posibles frutos de su apuesta por la juventud en pista.