El invierno judicial significa mucho más que frío institucional: es el campo de batalla que definirá el poder político en Argentina. A partir del regreso de las vacaciones judiciales, comienza una serie de audiencias y resoluciones que pondrán en jaque a los líderes centrales del escenario político: Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Javier Milei. Para Cristina Kirchner, el calendario judicial marca una encrucijada histórica: la Corte Suprema ya ratificó la condena por corrupción en el caso Vialidad (6 años de prisión e inhabilitación permanente), dejándola fuera de las elecciones y consumando su caída política. Su expectativa de recurso ante la Corte debe definirse pronto; el fallo sin margen activará su arresto domiciliario e imposibilidad de ocupar cargos públicos. Al mismo tiempo, se espera una definición en la causa AMIA, por encubrimiento de terrorismo, que fue aprobada por la Corte para ir a juicio oral. Esa sentencia podría agregar otra llave sobre su futuro institucional.   En el caso de Alberto Fernández, aunque no enfrenta juicios penales, su futuro político está atado al resultado judicial de Cristina. El liderazgo del Frente de Todos depende de mantener cohesión interna en medio de un recambio judicial que podría quitarle a la figura simbólica central.     Mientras tanto, Javier Milei, lejos de estar exento, también observa cómo su ataque institucional a la Corte puede volverse contra él. La designación demorada de jueces y su presunta intención de nombrarlos por decreto tensiona a los ministros del tribunal, que buscaron mecanismos de emergencia para garantizar quórum. En paralelo, se avecinan decisiones sobre decomisos millonarios vinculados a causas de corrupción, recursos embargados y nuevas imputaciones a figuras del kirchnerismo y del entorno de la Casa Rosada. El tribunal también debe resolver recursos sobre otros delitos económicos y laborales. El clima político ya se siente en las calles y en los despachos: mientras Milei celebra fallos que consolidan su narrativa anticorrupción, Cristina y su entorno reclaman “lawfare político” y se organizan para resistir desde afuera del Congreso. Alberto Fernández acompaña el operativo desde silencios tácticos, intentando negociar su sobrevivencia electoral. El futuro a corto plazo está cargado de definiciones que cambiarán el tablero: ¿sirve este escenario para consolidar un sistema judicial independiente o lo politiza más? ¿Dirigentes presos o inhabilitados? ¿Un presidente fortalecido por fallos judiciales o un expresidente desactivado políticamente? Todo eso se va a resolver en tribunales, mientras afuera empieza a armarse una campaña diferente. Claves del pulso político-judicial La Corte define el destino de Cristina, con su condena firme lista para ejecutar. Alberto Fernández transita las consecuencias sin mandato propio, al filo de la fractura opositora. Milei apuesta a judicializar el vínculo con la Corte para coronar su relato institucional. Los próximos meses definirá el poder real: ¿se gobierna desde la calle o desde el fallo final?       Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P